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El cónclave más incierto de las últimas décadas aún no había comenzado oficialmente, y ya había estallado una polémica entre los cardenales que se han instalado en el Vaticano para votar por el nuevo jerarca de la iglesia católica. En una institución donde los gestos, silencios y símbolos pesan tanto como las palabras, la misa "Pro Eligendo Pontifice" celebrada este miércoles en la basílica de San Pedro ha desatado interpretaciones y tensiones al punto de convertirse en la comidilla en Roma las redes sociales.
El gesto, recogido por los micrófonos y viralizado rápidamente en redes sociales, ha sido interpretado por muchos como una especie de investidura anticipada. Las palabras pudieron escucharse en el momento de darse la paz en la misa de boca del cardenal encargado de oficiarla, el decano Giovanni Battista Re.
En ese momento, el purpurado se dirige a Pietro Parolin, situado a su derecha en el altar, y le dice, separado del micrófono: “Suerte por partida doble” (auguri… doppi), entre sonrisas. Por supuesto que el vídeo ha corrido como la pólvora en las redes sociales y en los medios italianos, especulando con posibles interpretaciones: estos buenos deseos pueden ser por el rol de Parolin dentro del cónclave, encargado de dirigirlo, o ante la eventualidad de que sea elegido.
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Re es el decano del Colegio Cardenalicio y, aunque no votará en el cónclave desde esta tarde debido a que supera los 80 años de edad, ha dirigido las reuniones diarias que los purpurados han mantenido en Roma en los días previos a esta cita.
Y es que aunque el resultado es impredecible, algunos cardenales parten ya como ‘papables’ por su peso entre sus colegas y uno de ellos es el propio Parolin, experto diplomático y que ejerció como secretario de Estado vaticano durante el pontificado de Bergoglio (2013-2025).
SE OLVIDAN DE FRANCISCO
El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, pronunció una homilía que ha sido descrita como sorprendente por una omisión que muchos consideran deliberada: no mencionó ni una sola vez al Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. “No se le puede haber olvidado, es deliberado”, declaró un prelado que asistió a la ceremonia. En los cónclaves anteriores de 2005 y 2013, los discursos de apertura incluyeron afectuosos reconocimientos al pontífice saliente.
Sin duda, la ausencia de cualquier referencia a Jorge Mario Bergoglio —en un momento en que su legado está precisamente en el centro del debate— ha sido leída como una señal política clara.
El sector eclesial que busca dar continuidad a las reformas emprendidas por Francisco percibe este silencio como una afrenta y un mensaje de ruptura desde los sectores conservadores, que buscan cerrar el ciclo iniciado por Bergoglio.