Nuestro amigo Martín nos compartió una historia que le elevó la adrenalina al millón, puesto que un pasajero lo trajo de arriba para abajo y no sólo cobró muy bien, sino que gozó como en la montaña rusa.
“Circulaba por la avenida Ermita Iztapalapa a las 21:00 horas una señora y su esposo, ya mayores los dos, me pidieron que los llevara a la colonia 20 de noviembre, ‘pero llevamos mucha prisa”.
“En el camino, me pidió que le pisara, porque su nieto iba a salir de la Penitenciaría de Santa Martha y le habían solicitado su credencial del INE, la cual estaba en casa.
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“Llegamos a su casa y de regreso, ya era más tarde y pude llegar a la hora. El señor me pidió que lo esperara para regresarlos a su casa. Hasta ese momento, el taxímetro marcaba 580, el señor me dejó mil pesos.
“Ya con eso lo esperé, aunque el chavo salió hasta las 11:30 de la noche. Ahí venían los tres, llorando.
“Camino a su casa, el chavo dijo que tenía hambre; los llevé a una taquería de Boturini y fue cuando me enteré de que Miguel, de 18 años, había pasado seis meses detenido por algo que no cometió y por eso quedó libre. Los abuelos son sus tutores y vendieron algunas cosas para sacarlo.
“Yo ya no les cobre más, porque vi el amor de los señores reflejado en sus rostros al tener a su nieto de vuelta”.
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